En el bullicioso barrio de Brooklyn, una diseñadora llamada Emma creó un polo conmemorativo: en el frente, estampó la palabra "BROOKLYN" en un estilo clásico, y en la espalda, un dibujo de dos manos uniéndose con la fecha "1898". Este polo se convirtió en un símbolo de orgullo local, celebrando la unión de Brooklyn con Nueva York en ese año y la fuerza de la comunidad que perdura a través del tiempo.